Luego de un buen desayuno y armar las bicicletas, partimos los tres por la ruta 234, rumbo al Quila Quina, 6 km de asfalto, pero en subida, un desvío a la derecha, de ripio y empieza la acción, bajada total, a full, hasta un arroyo, otra subida larga, otra bajada pronunciada, y así se van repitiendo unos tras otros por 12 km mientras se avanza por paisajes únicos, en medio de chacras de la comunidad mapuche y otras casas residenciales hermosas que contrastan con la precariedad de las anteriores.
Las playas son de arena blanca, un muelle, y varios senderos para recorrer. Almorzamos en un parador del puerto, seguimos recorriendo la costa del lago, comiendo frambuesas silvestres y manzanitas que extraíamos directamente de las plantas, encontramos un buen tronco en la playa, allí tomamos mate, nos bañamos en el lago y salimos a remar en kayak.
Todo esta muy bueno, pero debemos regresar, varias subidas y bajadas nos esperan. Algo cansados encaramos la primera trepada, los chicos me esperan, no doy más, les comunico que me voy en la primera camioneta que pase o me vuelvo al puerto y regreso en barco, cueste lo que cueste, risas y cargadas, -no te van a llevar. En eso, una Toyota Hilux, modelo 2011, se detiene y me lleva, -chauuu los espero en el hostel.
Para aliviar mi conciencia decido esperarlos con una buena cena, truchas con puré, huevos fritos y cerveza negra, genial.
El mundo está en manos de quienes tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Descanso y paseos por la ciudad
Este día será para descansar, me levanto tarde, justo para tomar el desayuno del hostel, contestar algunos Email, luego lavo ropa de varios días y salgo a pasear en bicicleta por la playa, el puerto, plazas y el centro comercial y cívico de San Martín. Todo es muy lindo, limpio, el tráfico ordenado y las veredas y jardines llenos de rosales.
Paso por el supermercado para hacer compras y preparo mi almuerzo: hamburguesas, huevos fritos, puré y ensalada, hacía varios días que no almorzaba comida caliente y sentado a una mesa.
La tarde viene lluviosa y fría, duermo la siesta un rato y me preparo unos mates, que comparto con nuevos viajeros y otros que van llegando de sus excursiones.
Mis amigos de Paraná, Adrián y Germán ya están en camino; llegarán a la noche, mientras espero estudio mapas, caminos y senderos para hacer en bicicleta.
A las 22 horas los busco en la estación terminal, que bueno que ya estén aquí. Mientras cenamos analizamos hacer 7 lagos, 120 km en bicicleta, el pronóstico viene lluvioso, fresco y con viento, no tenemos todos los elementos necesarios para hacer noche en los campings, decidimos alojarnos en el hostel y desde allí hacer salidas diarias.
Paso por el supermercado para hacer compras y preparo mi almuerzo: hamburguesas, huevos fritos, puré y ensalada, hacía varios días que no almorzaba comida caliente y sentado a una mesa.
La tarde viene lluviosa y fría, duermo la siesta un rato y me preparo unos mates, que comparto con nuevos viajeros y otros que van llegando de sus excursiones.
Mis amigos de Paraná, Adrián y Germán ya están en camino; llegarán a la noche, mientras espero estudio mapas, caminos y senderos para hacer en bicicleta.
A las 22 horas los busco en la estación terminal, que bueno que ya estén aquí. Mientras cenamos analizamos hacer 7 lagos, 120 km en bicicleta, el pronóstico viene lluvioso, fresco y con viento, no tenemos todos los elementos necesarios para hacer noche en los campings, decidimos alojarnos en el hostel y desde allí hacer salidas diarias.
Trekking Cascada El Saltillo
Aprovechando que seguía en el camping de la zona del Lago Heuchulafquen con Dholfin y Renne partimos esa mañana rumbo a la Cascada El Saltillo, hacemos dedo y una camioneta no lleva a los tres, una vez acomodados en la caja miro la cara de felicidad que tenía Dholfin, era la primera vez que hacía dedo y la primera vez que viajaba en la caja de una camioneta (muy común en Argentina pero no en Niza – Francia de donde ellos vienen).
Luego de una corta caminata en subida, llegamos a El Saltillo, una hermosa cascada de varios metros, se puede pasar por detrás de la caída de agua; es fantástico.
Allí nos encontramos con los amigos que estuvimos en el Lanín, nos dirigimos a camping Piedra Mala, durante el recorrido por la costa del lago fuimos cargando troncos para cocinar unos chorizos, llegamos a la proveeduría y no hay chorizos, tampoco hamburguesas, ni asado ni pollo. Tiramos los troncos . . . y compramos pizza casera y cerveza, salió un almuerzo riquísimo.
Allí me despido de ellos, debe recorrer mas de 8 km, llegar al camping, buscar mi mochila y tomar el micro a las 17 horas que me lleva a Junín y luego otro a San Martín de los Andes. Llego al hostel justo para la cena.
lunes, 28 de marzo de 2011
Trekking Lago Paimún
El camino lleva hacia uno de los lugares más lindos y apacibles de todo el recorrido: se trata de la angostura que une el Lago Huechulafquen con el Paimún.
Allí una playa de césped, salpicada de arbustos de mosqueta, llega hasta la orilla del lago, cuyas aguas verdes tienen una mansedumbre balsámica, a tono con el resto del lugar, donde sólo se escuchan los pájaros.
A la vista, una construcción inusual para el lugar: la capilla María Auxiliadora del Paimún, blanca y pequeña, con sus vidrieras que dan al lago y sus dos cúpulas, una románica y otra típicamente rusa y acebollada.
Allí una playa de césped, salpicada de arbustos de mosqueta, llega hasta la orilla del lago, cuyas aguas verdes tienen una mansedumbre balsámica, a tono con el resto del lugar, donde sólo se escuchan los pájaros.
A la vista, una construcción inusual para el lugar: la capilla María Auxiliadora del Paimún, blanca y pequeña, con sus vidrieras que dan al lago y sus dos cúpulas, una románica y otra típicamente rusa y acebollada.
Trekking Volcán Lanín 2do intento
Cuando finalizaba los últimos preparativos para hacer Quila Quina en bicicleta aparece Tyboo, con una inmensa alegría me comenta que llegó una pareja de franceses que quieren ir al Volcán Lanín, tienen equipo de camping (carpa, bolsas y comida) y me pide que los acompañe . . .
-si dale, vamos a conocerlos, me presenta y me hace de traductor, les explicamos que no tengo carpa, ellos dicen
–que puedo dormir con ellos . . ., y están dispuesto a compartir su comida si les hago de guía. Mi respuesta no se hace esperar, el micro sale en media hora, busco mi mochila grande, cargo algo de comida, abrigo, una frazada que me prestó el dueño del hostel y partimos a la estación de buses. A las 12 horas estábamos en Junín de los Andes y debemos esperar 1 hora el próximo micro, nos sentamos en el cordón de la vereda a comer sándwiches de queso con pan lactal negro y una cerveza bien fría.
En el micro nos encontramos con varios chicos que iban a los camping de la zona del Lago Heuchulafquen, nosotros nos quedamos en el mas cercano a la senda al volcán, armamos la carpa cerca de la orilla, acomodamos las mochilas y salimos a recorrer la costa del lago, sus aguas son tan trasparente que en la orilla se ve el fondo de piedras, luego un verde esmeralda refleja los grandes árboles, mas allá brilla bajo un sol intenso y a lo lejos las montañas van cambiando de colores de acuerdo a como les de la luz.
El sol empezó a ocultarse atrás de unas montañas, los colores fueron cambiando, el paisaje se transformó en rojizo, más bello aun. No queríamos abandonar la armonía, paz y tranquilidad que vivíamos en ese momento, hasta que la brisa fresca de la nochecita nos invito a volver al campamento.
Sentados en troncos y alumbrados por las clásicas linternitas de mineros comenzamos a poner la comida en la mesa, aparecían todo tipo de latas, galletitas, sopas y fideos, solo que los franceses no llevaron calentador, ni ollas. Poco importó, picadillo, maní y papas fritas fue la cena.
La noche oscura cayó definitivamente sobre nosotros, el frío fue calando cada vez mas, el silencio eterno, solo las olas golpeando en la orilla, y las estrellas brillaban más que nunca dándonos una sensación de pequeñez.
Todo era tan lindo que volvimos a caminar por la orilla, en la oscuridad, como para perpetrar aun mas ese momento.
El canto de los pájaros y las bandurrias me despertó temprano, salí en silencio de la carpa, una bruma cubría casi todo el paisaje; busque mi cámara, no podía dejar pasar ese momento para unas fotos.
Conseguimos agua caliente así que desayunamos con café y galletitas, dejé lista la mochila y comenzamos a caminar en busca de Puerto Canoa, donde empieza la senda al Lanín. A los pocos kilómetros nos alcanza otro francés que viajó en el mismo micro, está vez la caminata fue mas rápida, ya conocía el camino, sin descanso y con pocas fotos para no perder tiempo. Superamos lo realizado en el 1er intento sin inconvenientes, desde allí la senda es en subida, sobre piedras, sin vegetación pero ya se ve el Volcán Lanín, está ahí, cerquita, se distingue claramente una cascada y las paredes imponentes de su glaciar. Llegamos hasta el cartel que indica el fin del sendero, nos aventuramos mas, estamos en la cascada, allí almorzamos. Recuperamos fuerzas y avanzamos algo más por un pedrero, parece que nunca es suficiente, siempre queremos ir mas arriba. Una pequeña meseta nos pone el límite, allí nos detenemos, en silencio contemplamos el Lanín, es hermoso, un cono perfecto, su cumbre blanca con nieves eternas contrasta con el azul del cielo, luego del asombro miramos hacía atrás, allá lejos y muy abajo se ve el lago y se empieza a tener una real dimensión de lo que estamos haciendo, del logro obtenido. Está vez la montaña nos dijo si. Esta es mi cumbre.
Rato después llegan otros chicos, traen mate, no lo podes creer, ¿sabes lo que es tomar mate allá arriba, sentados en un circulo y pasando de mano en mano ese mate calentito, compartiendo galletitas, historias, en la cara sur del Lanín, en un día totalmente despejado? Es increíble.
A todo esto ya no llego al micro que pasa a las 17 horas, poco importa, este es uno de los mejores momentos de mi vida, Dios proveerá.
Una vez en el camping, luego de una ducha reparadora, nos prestan un calentador y una olla, calentamos agua para el mate, ¿se imaginan a los franceses tomando mate amargo?, ahí no mas empezamos la cena, sopa y fideos con salsa (todo instantáneo claro) y chocolates de postre.
Esa noche no vimos estrellas, ni fuimos a la orilla del lago, tampoco nos pusimos románticos o nostálgicos, estábamos muy cansados y ya era suficiente para un solo día.
-si dale, vamos a conocerlos, me presenta y me hace de traductor, les explicamos que no tengo carpa, ellos dicen
–que puedo dormir con ellos . . ., y están dispuesto a compartir su comida si les hago de guía. Mi respuesta no se hace esperar, el micro sale en media hora, busco mi mochila grande, cargo algo de comida, abrigo, una frazada que me prestó el dueño del hostel y partimos a la estación de buses. A las 12 horas estábamos en Junín de los Andes y debemos esperar 1 hora el próximo micro, nos sentamos en el cordón de la vereda a comer sándwiches de queso con pan lactal negro y una cerveza bien fría.
En el micro nos encontramos con varios chicos que iban a los camping de la zona del Lago Heuchulafquen, nosotros nos quedamos en el mas cercano a la senda al volcán, armamos la carpa cerca de la orilla, acomodamos las mochilas y salimos a recorrer la costa del lago, sus aguas son tan trasparente que en la orilla se ve el fondo de piedras, luego un verde esmeralda refleja los grandes árboles, mas allá brilla bajo un sol intenso y a lo lejos las montañas van cambiando de colores de acuerdo a como les de la luz.
El sol empezó a ocultarse atrás de unas montañas, los colores fueron cambiando, el paisaje se transformó en rojizo, más bello aun. No queríamos abandonar la armonía, paz y tranquilidad que vivíamos en ese momento, hasta que la brisa fresca de la nochecita nos invito a volver al campamento.
Sentados en troncos y alumbrados por las clásicas linternitas de mineros comenzamos a poner la comida en la mesa, aparecían todo tipo de latas, galletitas, sopas y fideos, solo que los franceses no llevaron calentador, ni ollas. Poco importó, picadillo, maní y papas fritas fue la cena.
La noche oscura cayó definitivamente sobre nosotros, el frío fue calando cada vez mas, el silencio eterno, solo las olas golpeando en la orilla, y las estrellas brillaban más que nunca dándonos una sensación de pequeñez.
Todo era tan lindo que volvimos a caminar por la orilla, en la oscuridad, como para perpetrar aun mas ese momento.
El canto de los pájaros y las bandurrias me despertó temprano, salí en silencio de la carpa, una bruma cubría casi todo el paisaje; busque mi cámara, no podía dejar pasar ese momento para unas fotos.
Conseguimos agua caliente así que desayunamos con café y galletitas, dejé lista la mochila y comenzamos a caminar en busca de Puerto Canoa, donde empieza la senda al Lanín. A los pocos kilómetros nos alcanza otro francés que viajó en el mismo micro, está vez la caminata fue mas rápida, ya conocía el camino, sin descanso y con pocas fotos para no perder tiempo. Superamos lo realizado en el 1er intento sin inconvenientes, desde allí la senda es en subida, sobre piedras, sin vegetación pero ya se ve el Volcán Lanín, está ahí, cerquita, se distingue claramente una cascada y las paredes imponentes de su glaciar. Llegamos hasta el cartel que indica el fin del sendero, nos aventuramos mas, estamos en la cascada, allí almorzamos. Recuperamos fuerzas y avanzamos algo más por un pedrero, parece que nunca es suficiente, siempre queremos ir mas arriba. Una pequeña meseta nos pone el límite, allí nos detenemos, en silencio contemplamos el Lanín, es hermoso, un cono perfecto, su cumbre blanca con nieves eternas contrasta con el azul del cielo, luego del asombro miramos hacía atrás, allá lejos y muy abajo se ve el lago y se empieza a tener una real dimensión de lo que estamos haciendo, del logro obtenido. Está vez la montaña nos dijo si. Esta es mi cumbre.
Rato después llegan otros chicos, traen mate, no lo podes creer, ¿sabes lo que es tomar mate allá arriba, sentados en un circulo y pasando de mano en mano ese mate calentito, compartiendo galletitas, historias, en la cara sur del Lanín, en un día totalmente despejado? Es increíble.
A todo esto ya no llego al micro que pasa a las 17 horas, poco importa, este es uno de los mejores momentos de mi vida, Dios proveerá.
Una vez en el camping, luego de una ducha reparadora, nos prestan un calentador y una olla, calentamos agua para el mate, ¿se imaginan a los franceses tomando mate amargo?, ahí no mas empezamos la cena, sopa y fideos con salsa (todo instantáneo claro) y chocolates de postre.
Esa noche no vimos estrellas, ni fuimos a la orilla del lago, tampoco nos pusimos románticos o nostálgicos, estábamos muy cansados y ya era suficiente para un solo día.
jueves, 24 de marzo de 2011
Trekking Volcán Lanín – 1er intento
La cena en el hostel es un lugar de encuentro, allí estamos todos, unos que llegan otros que se van, extranjeros y nacionales, solitarios y sociales, conversadores y silenciosos, cansados y no tanto, estamos todos como en una familia, como en casa, dispuestos a cualquier cosa, a escuchar y a contar nuestras historias. Allí formamos un nuevo grupo y planificamos hacer Volcán Lanín cara sur. Carla mi amiga de Montana, Tybboo un chico francés, Alejandro un rosarino y yo un entrerriano, nos levantamos muy temprano, a las 8 horas partía el bus que nos llevó a Junín de los Andes, a las 9 horas otro bus y por un camino de ripio recorre la parte norte del Lago Huechulafquen hasta Puerto Canoa, nos registramos con el guardaparque y a pocos metros esta el inicio de la senda al Lanín, son las 11,30 horas y debemos regresar a las 17 horas cuando pasa el bus, no hay otro transporte, no tenemos carpas, ni bolsas de dormir, ni comida.
La caminata transcurre entre bosques de ñire, lenga y pehuenes (araucaria) y bordeando un arroyo, a unos 1.700 msnm comienza la trepada por la roca pelada y se empieza a ver el Lanín. Hasta aquí llegamos, caminamos por 3 ½ hora y no alcanzamos el objetivo, debíamos volver, estábamos cerca pero no lo suficiente, el Lanín estará allí la próxima vez, pero el bus no espera.
El regreso siempre es más rápido, ya sacamos las fotos para el recuerdo, es en bajada, la mochila mas liviana. El ánimo está intacto, hicimos el intento, sabíamos que el tiempo sería una limitante, también sabíamos que perder el bus sería muy complicado, así fuimos bajando, pero . . . faltaba una foto, si, esa foto extra, ahí, cruzando sobre el árbol caído que hace de puente sobre el arroyo, uno a uno fuimos fotografiados allí, ahora una grupal, saluden, Ale perdió el equilibrio, se agarró de Tyboo y cayeron los dos al agua fría. Solo fue un chapuzón, pero todavía me estoy riendo.
Tres horas después llegamos al hostel, un buen baño, una cena deliciosa y una cama blanda, el día ya esta hecho.
La caminata transcurre entre bosques de ñire, lenga y pehuenes (araucaria) y bordeando un arroyo, a unos 1.700 msnm comienza la trepada por la roca pelada y se empieza a ver el Lanín. Hasta aquí llegamos, caminamos por 3 ½ hora y no alcanzamos el objetivo, debíamos volver, estábamos cerca pero no lo suficiente, el Lanín estará allí la próxima vez, pero el bus no espera.
El regreso siempre es más rápido, ya sacamos las fotos para el recuerdo, es en bajada, la mochila mas liviana. El ánimo está intacto, hicimos el intento, sabíamos que el tiempo sería una limitante, también sabíamos que perder el bus sería muy complicado, así fuimos bajando, pero . . . faltaba una foto, si, esa foto extra, ahí, cruzando sobre el árbol caído que hace de puente sobre el arroyo, uno a uno fuimos fotografiados allí, ahora una grupal, saluden, Ale perdió el equilibrio, se agarró de Tyboo y cayeron los dos al agua fría. Solo fue un chapuzón, pero todavía me estoy riendo.
Tres horas después llegamos al hostel, un buen baño, una cena deliciosa y una cama blanda, el día ya esta hecho.
miércoles, 23 de marzo de 2011
Trekking Cerro Colorado
En la cena del hostel conocí a Carla, de Montana US, venia recorriendo Argentina desde Ushuaia, y yo le entiendo perfectamente, cuando habla en español claro.
Acordamos hacer Cerro Colorado, nos levantamos temprano, desayuno y salimos en busca del bus que nos trasladaría a Piedra Trompul, inicio de la senda al Colorado; solo que los micros dejaron de circular el 28 de febrero, un taxi, caro, es la solución, le pedimos que nos busque a las 18 horas, allí no hay señal para llamarlo.
Sendero bien marcado, casi sin dificultad, vamos subiendo tranquilos entre grandes coihues, lengas y flores de amancay que cubren la ladera; luego el paisaje cambia, se empieza a trepar en rocas volcánicas de color rojizo y la vegetación desaparece por completo. La cumbre esta allí, 1.774 msnm y permite una vista estupenda del Volcán Lanín, el Volcán Villarrica, que todavía larga humo y el extremo del Lago Lalog.
Rezamos ante una imagen de La Virgen, fotos, charlas interpretativas ingles español, una pirca de piedras ubicada en la cumbre nos da protección del viento.
Ya vamos bajando, un tronco caído nos sirve de asiento, allí almorzamos y comenzamos a planificar nuestro próximo trekking. Al llegar a la ruta encontramos un matrimonio de US, andaban en auto, nos trajeron de regreso a San Martín de los Andes. Ubicamos al taxista, para que suspenda el viaje.
Acordamos hacer Cerro Colorado, nos levantamos temprano, desayuno y salimos en busca del bus que nos trasladaría a Piedra Trompul, inicio de la senda al Colorado; solo que los micros dejaron de circular el 28 de febrero, un taxi, caro, es la solución, le pedimos que nos busque a las 18 horas, allí no hay señal para llamarlo.
Sendero bien marcado, casi sin dificultad, vamos subiendo tranquilos entre grandes coihues, lengas y flores de amancay que cubren la ladera; luego el paisaje cambia, se empieza a trepar en rocas volcánicas de color rojizo y la vegetación desaparece por completo. La cumbre esta allí, 1.774 msnm y permite una vista estupenda del Volcán Lanín, el Volcán Villarrica, que todavía larga humo y el extremo del Lago Lalog.
Rezamos ante una imagen de La Virgen, fotos, charlas interpretativas ingles español, una pirca de piedras ubicada en la cumbre nos da protección del viento.
Ya vamos bajando, un tronco caído nos sirve de asiento, allí almorzamos y comenzamos a planificar nuestro próximo trekking. Al llegar a la ruta encontramos un matrimonio de US, andaban en auto, nos trajeron de regreso a San Martín de los Andes. Ubicamos al taxista, para que suspenda el viaje.
San Martín de los Andes, Villa La Angostura Trekk & Bici Cerro Bandurrias
Hace un año empezé a soñar este viaje, a recorrer paginas de intert, recopilar datos, copiar planos, invitar amigos, entrenar. Se terminaba febrero y andaba a las vueltas, varios amigos se bajaron a último momento, quedé solo . . . No debía dejar escapar este sueño, fuí a la terminal y saque pasaje a San Martín de los Andes, esa noche me habla Adrian, me dice que viajaba en una semana con German, me pide que lleve mi bicicleta, luego veríamos que hacer, posiblemente 7 lagos.
Una vez en S M Andes comenzé a armar mi bici, pasa una chica y le pregunto por un hostel, me acompaña al Rukolhue, allí nomas me quedo. Como era temprano, me voy a hacer el Cerro Bandurrias en bici, cerca de la ciudad, tomo el camino hacía Junín de los Andes, de alli sale el camino que bordea el lago Lacar en su parte norte, mirador, comunidad Mapuche y encuentro un sendero que baja cerro, bajada pronunciada, tierra suelta, piedras, árboles y una vista hermosa del Lacar. Recorro la playa, el puerto y empieza a caer la tarde. Es hora de volver al hostel
Una vez en S M Andes comenzé a armar mi bici, pasa una chica y le pregunto por un hostel, me acompaña al Rukolhue, allí nomas me quedo. Como era temprano, me voy a hacer el Cerro Bandurrias en bici, cerca de la ciudad, tomo el camino hacía Junín de los Andes, de alli sale el camino que bordea el lago Lacar en su parte norte, mirador, comunidad Mapuche y encuentro un sendero que baja cerro, bajada pronunciada, tierra suelta, piedras, árboles y una vista hermosa del Lacar. Recorro la playa, el puerto y empieza a caer la tarde. Es hora de volver al hostel
Los Palmares de Colón - Trekk & Bici
Los días 11, 12 y 13 de Febrero de 2011 La Tortuga Trekking y amigos de Cicloturismo nos fuimos de aventuras al Parque Nacional Palmares de Colón con ganas de caminar por sus senderos, pedalear entre las palmeras, hacer vida de camping y compartir un asado entre amigos.
Redescubrimos este hermoso lugar, ligado a nuestros recuerdos escolares de primaria, por momentos con un paisaje muy entrerriano de río, algarrobos, aromitos, chilcas, selvas en galerias, arroyos y otros con cantidad de palmeras que parecian de otro continente, lleno de animales autoctonos: nutrias, vizcachas, zorros y aves como palomas, loros y caranchos.
Recorrimos todos sus senderos, a pie o en bicicleta, todos muy bien marcados, con miradores, pasarelas, puentes y carteles explicativos. Nos zambullimos en el río Uruguay para refrescarnos y caminamos la parte histórica.
A la noche un asado, vino, cuentos, chistes y anecdotas nos reunió a todos, luego a las carpas, a dormir; todavia había lugares por descubrir.
Redescubrimos este hermoso lugar, ligado a nuestros recuerdos escolares de primaria, por momentos con un paisaje muy entrerriano de río, algarrobos, aromitos, chilcas, selvas en galerias, arroyos y otros con cantidad de palmeras que parecian de otro continente, lleno de animales autoctonos: nutrias, vizcachas, zorros y aves como palomas, loros y caranchos.
Recorrimos todos sus senderos, a pie o en bicicleta, todos muy bien marcados, con miradores, pasarelas, puentes y carteles explicativos. Nos zambullimos en el río Uruguay para refrescarnos y caminamos la parte histórica.
A la noche un asado, vino, cuentos, chistes y anecdotas nos reunió a todos, luego a las carpas, a dormir; todavia había lugares por descubrir.
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