El camino lleva hacia uno de los lugares más lindos y apacibles de todo el recorrido: se trata de la angostura que une el Lago Huechulafquen con el Paimún.
Allí una playa de césped, salpicada de arbustos de mosqueta, llega hasta la orilla del lago, cuyas aguas verdes tienen una mansedumbre balsámica, a tono con el resto del lugar, donde sólo se escuchan los pájaros.
A la vista, una construcción inusual para el lugar: la capilla María Auxiliadora del Paimún, blanca y pequeña, con sus vidrieras que dan al lago y sus dos cúpulas, una románica y otra típicamente rusa y acebollada.
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