Este paraiso en la tierra se encuentra a 30 kilómetros de la ciudad El Soberbio, Misiones, sobre el Río Uruguay, y 40 kilómtreos antes de llegar a los Saltos del Moconá.
Antes de cruzar el puente de este arroyo se dobla a la izquierda, alli se encuentra la casa de Don Leandro que oficia de guía, luego de unos ricos mates y larga charla con su familia comenzamos este trekking por un camino de tierra roja y serpenteante entre la selva, cruzamos algunas casa muy caracteristicas de la zona: madera, techo a dos aguas, galeria al frente, sobreelvada del piso y pintadas de vivos colores. Alguna camioneta vieja y carros tirados por bueyes se cruzaron en nuestro camino hasta llegar a un desvio donde solo se transita a pie, bajamos por una cuidada escalera, con bancos a modo de descansos y miradores y árboles con cartelitos con sus nombres, el ruido del salto se empieza a escuchar cada vez mas fuerte hasta que lo tenemos enfrente, hermoso, no resistimos la tentación: nos dimos un refrescante baño en una de sus ollas, sin dudas una experiencia única.
Continuamos la marcha por la margen del arroyo, asombrados por tanta belleza, árboles enormes que Leandro identificaba para nosotros, lianas, helechos, orquideas colgandoembellecen este Eden.
Tomanos un sendero ascendente que nos condujo a Aldea Yaboty, un lodge y cabañas muy bonito donde tomamos un descanso en compania de Daniela y Claudio (encargados del lugar) . Continuamos la marcha por una picada en la selva, subiendo una colina hasta un enorme y añoso árbol que desde lo alto custodia el lugar. Ya casi de noche regrasamos por la senda hasta la casa de nuestro guía. Costo despedirnos de aquel hombre, casi anciano, alegre y sensible y que en poco tiempo pudo transmitirnos su amor por la tierra nativa, la naturaleza, el trabajo, a su esposa y sus hijos. Jamas olvidaré la emoción y el encanto de estar con él, la forma de en que explicaba y el sentimiento con que nombraba y acariciaba esos árboles que lo vieron nacer y seguramnete lo verán morir. Felicitaciones Leandro.